ÉTICA PROFESIONAL DEL
DOCENTE UNIVERSITARIO EN
LA VENEZUELA ACTUAL
La ética está vinculada a la moral y establece lo que es bueno, malo, permitido o deseado respecto a una acción o una decisión. El concepto proviene del griego ethikos, que significa “carácter”. Puede definirse a la ética como la ciencia del comportamiento moral, ya que estudia y determina cómo deben actuar los integrantes de una sociedad.
Un código, por su parte, es una combinación de signos que tiene un determinado valor dentro de un sistema establecido. En el derecho, se conoce como código al conjunto de normas que regulan una materia determinada.
Un código de ética, por lo tanto, fija normas que regulan los comportamientos de las personas dentro de una empresa u organización. Aunque la ética no es coactiva (no impone castigos legales), el código de ética supone una normativa interna de cumplimiento obligatorio. No divulgar información confidencial, no discriminar a los clientes o los compañeros de trabajo por motivos de raza, nacionalidad o religión y no aceptar sobornos, por ejemplo, son algunos de los postulados que suelen estar incluidos en los códigos de ética.
El futuro de la región esta en manos de los docentes, porque todos los profesionales de un país indistintamente de su especialidad (médicos, ingenieros, políticos, abogados, etc.) son formados por sus maestros y si estos son capaces de proveer de una ética responsable y comprometida a sus estudiantes, se estaría asegurando el desarrollo endógeno y el enriquecimiento intelectual del país.
En una sociedad contemporánea, que actualmente se encuentra inmersa en una profunda crisis de valores, se deben trascender las consideraciones meramente económicas y asumir dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigadas. Para ello es necesario que la educación superior emprenda la transformación y renovación más radical de su historia, si se carece de instituciones de educación superior e investigación adecuadas que formen a una masa crítica de personas cualificadas, cultas y motivadas, ningún país podrá garantizar un auténtico desarrollo endógeno y sostenible.
En algunos países la preocupación por garantizar el cumplimiento de la ética docente ha dado lugar a la elaboración de códigos deontológicos. Cuyos objetivos en términos generales son: vitalizar el compromiso, la dedicación y eficacia de los miembros de la profesión docente y de los servicios de la educación en general, formulando un conjunto de normas éticas reconocidas que todos deben respetar.

Otros autores opinan que dada la amplitud que rodea la esfera de acción docente y a la diversidad de funciones que le corresponde cumplir, se podría decir que ningún profesional se encuentra inmerso en tantas normas éticas, y que por el contrario el educador se ve continuamente en problemas de índole ética.
Según la misma autora el Código de Ética de la Educación, representa una manera de expresar la convicción de que la Profesión Docente es una en particular, e influye y guía la conducta humana de una manera intensa, por lo que continuamente el educador tiene la permanente obligación de reexaminar y revisar sus propósitos y definir las normas a las cuales debe ajustar su ejercicio profesional.
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